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sábado, 28 de septiembre de 2013

RAZONES


GASTAR LA VIDA

Jesucristo ha dicho:

“Quién quiera economizar su vida, la perderá;
y quién la gaste por Mí, la recobrará en la vida eterna”.

Pero a nosotros nos da miedo gastar la vida,
entregarla sin reservas.
Un terrible instinto de conservación


nos lleva hacia el egoísmo,
y nos atenaza cuando queremos jugarnos la vida.

Tenemos seguros por todas partes para evitar los riesgos.
Y sobre todo está la cobardía...

Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida.
Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla;
no se la puede economizar en estéril egoísmo.

Gastar la vida es trabajar por los demás,
aunque no paguen;
hacer un favor al que no lo va a devolver;
gastar la vida es lanzarse aun al fracaso,

si hace falta,
sin falsas prudencias;

es quemar las naves en bien del prójimo.


Somos antorchas que sólo tenemos sentido

cuando nos quemamos;
sólo entonces seremos luz.

Líbranos de la prudencia cobarde,
la que nos hace evitar el sacrificio y buscar la seguridad.

Gastar la vida no se hace con gestos ampulosos

y falsa teatralidad.

La vida se da sencillamente, sin publicidad,
como el agua de la vertiente, como la madre

da el pecho a su bebé,
como el sudor humilde del sembrador.

Entrénanos, Señor, a lanzarnos a lo imposible,
porque detrás de lo imposible está tu gracia y tu presencia;
no podemos caer en el vacío.

El futuro es un enigma,
nuestro camino se interna en la niebla;
pero queremos seguir dándonos,
porque Tú estás esperando en la noche,
con mil ojos humanos rebosando lágrimas.


            Lucho Espinal


 

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