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viernes, 20 de julio de 2012

TEXTO PARA REFLEXIONAR EN ESTA HORA DE SOLIDARIDAD


NO SE PUEDE SER CRISTIANO Y NEOLIBERAL
Miguel Esteban Hesayne

Porque un cristiano es discípulo de Jesús, cuyo mandamiento fontal de toda su doctrina es el amor solidario. Y expresado en sentencia lapidaria por la boca del mismo Maestro: “la felicidad está más en dar que en recibir” (Hechos 20,35).

Porque el perfil cristiano se define por la participación equitativa. No hay vida cristiana sin comunidad de bienes y personas. La Iglesia es comunión de personas, cuyo signo es la convivencia fraterna, demostrada en el paradigma de la comunidad cristiana de los orígenes cristianos donde se revela textualmente: “repartían el dinero según las necesidades de cada uno” (Hech 2, 45).

No se puede ser cristiano y neoliberal, porque el neoliberalismo sigue siendo en la historia real el capitalismo a secas. La doctrina neoliberal, y su práctica lo demuestra con las consecuencias más dramáticas, se sitúa en las antípodas del Evangelio del Señor Jesús.

Por una parte, Jesucristo fue en su vida histórica el Hombre en el que se encarnó Dios para señalar la conducta de todo Hombre que viene a este mundo. Por eso, hubo escrito-res sagrados que enseñaron la bella utopía de que la tarea cristiana es adquirir las “costumbres de Dios”. No hicieron nada más que fundarse en las palabras que leemos en el Evangelio de Mateo 5,48: “sean tan buenos como lo es el Padre Celestial” o en estas otras de san Juan (15,12) “Amense unos a otros como yo los he amado”. Y comenta el apóstol en su 1ª carta: “En esto hemos conocido el amor: en que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también, nosotros debemos dar la vida. Si alguien vive en la abundancia y viendo a su hermano en la necesidad le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá en él el amor de Dios? Hijitos míos, no amemos sola-mente con la lengua y de palabra sino con obras y de verdad” (3,16-18).

El cristiano es el imitador de Jesucristo. Y Jesucristo es el hombre para los demás... La personalidad cristiana consiste en un darse y el Espíritu que la anima es el que impulsa a formar, de toda la humanidad, una comunidad fraterna, justa y solidaria, con igualdad de posibilidades para todos. Es la nueva civilización del Amor, es la alterna-tiva de una convivencia ciudadana desde los valores de Jesucristo el Señor de la Historia. El ser cristiano consiste en dejarse animar por el Espíritu del Resucitado que recrea el mundo de los hombres en un mundo nuevo habitable para la familia de los hijos de Dios. Por lo contrario, el neoliberal, orientado básicamente en la mentalidad capitalista cuya dinámica interna lleva a la acumulación de bienes, se nutre en su actividad económica del:

- espíritu de lucro, es decir, deseo de obtener ganancias indefinidamente crecientes;

- espíritu de competencia, exacerbado por un fuerte individualismo. Esto provoca la rivalidad o lucha entre los individuos para conseguir mayores ganancias posibles y hace tender siempre hacia el monopolio, que representa el máximo de libertad propia y el máximo de limitación ajena;

- espíritu de racionalización, es decir, apreciar todas las cosas basándose en cálculos efectuados en términos de rendimientos y costes.

El espíritu del neoliberalismo es diametralmente opuesto al Espíritu de los cristianos:

- porque en el país donde se implanta, engendra muerte marginando fríamente a la mayoría sobrante, creando la clase de los excluidos;

- porque deshumaniza la técnica y vacía de contenido humano los progresos económicos, que en el proyecto cristiano deben servir para una equitativa distribución;

- porque altera y corrompe la libertad y la democracia ya que no las acompaña de los valores de la justicia, la verdad y el amor solidario;

- porque su dogmatismo e inflexibilidad en la imposición de la ley de mercado, niega e impide toda posibilidad de alternativa y deja de existir de hecho una convivencia comuni-taria a causa de la absolutez de los intereses privados de una minoría todopoderosa;

- porque -de hecho- se violan elementales derechos humanos exigidos para lograr la dignidad humana tanto personal como comunitaria.

En fin, no se puede ser cristiano y neoliberal porque la fe cristiana promueve la cultura de la vida y la ideología neoliberal, en su realización histórica, es la antesala de la muerte para la mayoría excluida. Es decir, el cristiano se define por la construcción de la PAZ que Jesucristo conquistó con su muerte y resurrección y la da a todo hombre y mujer de buena voluntad.

Miguel Esteban Hesayne,
obispo emérito de Viedma, Argentina



martes, 3 de julio de 2012

OTRA ORACIÓN AL PADRE NUESTRO


  PADRE  DE  LA  VIDA


Padre nuestro, que estás en la Vida.
Santificado seas, en nuestras vidas.
Venga a nosotros lo que Tú quieres:
tu Reino de amistad y fraternidad,
de justicia y de paz, de alegría
y esperanzas fundamentadas...;
tu Reino de los Cielos comenzado
en Nazareth,
aquella tarde hermosa
de la encarnación del tu Amor
en la historia humana.
Hágase, Padre-Dios, tu voluntad:
que sea,
que sepamos ver y aceptar;
aunque, a veces, nos resulte difícil,
como el dolor, o la soledad,
o la incomprensión.
Que tu voluntad de que vivamos
según tus planes
también la vayamos haciendo realidad.
Y que también hagamos efectivo
el derecho de todos
de tener para comer, siquiera
una vez cada día:
lo mínimo para subsistir y poder
alegrarse con la cotidiana salida del sol
desde el oriente,
desde cada horizonte que tengamos...

Empújanos, Señor, a la lucha.
Te necesitamos
hasta para comprender
que el pan sabe mejor
cuando es compartido...
Perdónanos, Señor.
Perdónanos, cada día, Padre.
Perdona nuestras ofensas...
¡que son tantas...!
A Ti y tus otros hijos,
hermanos nuestros...

Y enséñanos a perdonar. A perdonar
sin heroísmos, sin esperar
reconocimientos de nadie...
A perdonar amando...,
ayudando a quien nos ofendió
para que pueda ser mejor
y hasta un ser más cercano, más amigo.

No nos dejes caer en tantas tentaciones
como el mundo nos ofrece cada día,
como manzana sabrosa,
como felicidad sin límites en potencia,
como poder capaz de gobernar
toda la tierra y conocer
todas las ciencias del bien y el mal.
No nos dejes claudicar
ante las “delicias” del consumismo,
o el reinado del “todopoderoso” dinero...
En una palabra, Señor,
líbranos del mal. De lo malo.
De lo alejado a Ti.

Y auméntanos, cada día, la fe;
la confianza en Ti;
la Esperanza en que tus proyectos
son posibles... tan sólo
con que te digamos SÍ
y echemos a andar sin miedo.

AMÉN


  

José-María Fedriani (Abierto a la Esperanza)