La teología, la predicación, la catequesis, para ser fieles y completas, exigen tener ante los ojos a todo el hombre y a todos los hombres y comunicarles en forma oportuna y adecuada un mensaje particularmente vigoroso en nuestros días sobre la liberación, siempre en el designio global de la salvación. (Puebla, 479)
Cuando la Iglesia evangeliza y logra la conversión del hombre, también lo educa; pues la salvación (don divino y gratuito) lejos de deshumanizar al hombre, lo perfecciona y ennoblece; lo hace crecer en humanidad. (Puebla, 1013)
La salvación que nos ofrece Cristo, da sentido a todas las aspiraciones y realizaciones humanas pero las cuestiona y las desborda infinitamente. Aunque comienza ciertamente en esta vida, tiene su cumplimiento en la eternidad. (Puebla, 353)
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