La crisis como oportunidad de encontrar un modo de vida sostenible para
todos.
Por Leonardo Boff
Es un hecho que las crisis encierran también una gran oportunidad de
cambiar las cosas y mejorar el actual statu quo. De hecho, está de moda recordar que en el
ideagrama chino la palabra “crisis” significa tanto el concepto de
“riesgo/peligro” como de “oportunidad”. Pero mientras muchos economistas y
coachers perciben esta oportunidad como otro nicho de mercado para seguir
obteniendo beneficios a toda costa, lo que han hecho los amos del mundo hasta ahora, hay pensadores integrales y con conciencia que nos hablan de
otro tipo de oportunidades. Las del Ave Fenix, las de transformar el mundo y resugir
desde las cenizas de la inminente depresión económica.
Este es un esperanzador artículo de Leonardo Boff, el
famoso teólogo de la liberación, filósofo, ecologista y gran defensor de los
pobres y los marginados, y que nos recuerda que no debemos desperdiciar las posibilidades de la crisis como purificación y depuración y que la
actual “nos ofrece la oportunidad, tal vez una de las últimas, para encontrar un
modo de vida sostenible para los humanos y para toda la comunidad de vida“.
Estas son sus sabias palabras:
Frente al cataclismo económico-financiero mundial se dibujan dos escenarios: uno de crisis y
otro de tragedia.
Tragedia
sería si toda la arquitectura económica mundial se desmoronase y nos empujase hacia
un caos total con millones de víctimas, por violencia, hambre y guerra. No
sería imposible, pues el capitalismo generalmente supera las situaciones
caóticas mediante la guerra. Gana al destruir y gana al reconstruir. Solamente
que hoy esta solución no parece viable, pues una guerra tecnológica liquidaría
a la especie humana; sólo caben guerras regionales sin uso de armas de
destrucción masiva.
Otro escenario sería el de crisis. Para ella, no acaba el
mundo económico, sino este tipo de mundo, el neoliberal. El caos puede ser
creativo, dando origen a otro orden diferente y mejor. La crisis tendría,
por tanto, una función purificadora, abriendo espacio para otra oportunidad de
producción y de consumo.
No necesitamos recurrir al ideograma chino de crisis para saber de su
significado como peligro y oportunidad. Basta recordar el sánscrito, matriz de
las lenguas occidentales.
En sánscrito, crisis viene de kir o kri que significa purificar y
limpiar. De kri viene también crítica que es un proceso por medio del cual nos
damos cuenta de los presupuestos, de los contextos, del alcance y de los
límites sea del pensamiento, sea de cualquier fenómeno. De kri se deriva además
crisol, utensilio químico con el cual se limpia el oro de las gangas y, finalmente,
acrisolar que quiere decir depurar y decantar. Entonces, la crisis representa
la oportunidad de un proceso crítico, de depuración de lo esencial; sólo
queda lo verdadero; lo accidental, sin sustentación, cae.
Alrededor y a partir de este núcleo se construye otro orden que representa
la superación de la crisis. Los ciclos de crisis del capitalismo son notorios,
conocidos. Como nunca se hacen cortes estructurales que inauguren un nuevo
orden económico sino que siempre se recurre a ajustes que preservan la lógica
explotadora de base, nunca supera propiamente la crisis. Alivia sus efectos
dañinos, revitaliza la producción para nuevamente entrar en crisis y así
prolongar el ciclo de crisis recurrente.
La crisis actual podría ser una gran oportunidad para la invención de
otro paradigma de producción y de consumo. Más que nuevas regulaciones son
urgentes las alternativas. La solución de la crisis económico-financiera pasa
por el encarrilamiento de la crisis ecológica general y del calentamiento
global. Si estas variables no fuesen consideradas, las soluciones económicas
dentro de poco tiempo no tendrán sosteniblidad y la crisis volverá con más
virulencia.
Las empresas en las bolsas de Londres y de Wall Street tuvieron pérdidas de
más de un billón y medio de dólares, pérdidas del capital humano. En cuanto a
esto, según datos de Greenpeace, el capital natural tiene pérdidas anuales del
orden de 2 a 4 billones de dólares, provocadas por la degradación general de
los ecosistemas, desarborización, desertificación y escasez de agua. La primera
produjo pánico, la segunda ni siquiera fue notada. Pero esta vez no hay
posibilidad de seguir con el business as usual.
Lo peor que nos puede pasar es no aprovechar la oportunidad proveniente de
la crisis generalizada del tipo de economía neoliberal para proyectar una
alternativa de producción que combine la conservación del capital natural junto
con el capital humano. Hay que pasar de un paradigma de producción
industrial devastador a otro de sustentación de toda la vida.
Esta alternativa es imprescindible, como lo mostró valerosamente François
Houtart, sociólogo belga, en una conferencia ante la Asamblea de la ONU el
30 de octubre del presente año: si no buscamos una alternativa al actual
paradigma económico, del 20 al 30% de las especies vivas podrán desaparecer en
quince años y a mediados de siglo habrá de 150 a 200 millones de refugiados
climáticos. Ahora la crisis en vez de oportunidad se vuelve un peligro
aterrador.
La crisis actual nos ofrece la oportunidad, tal vez una de las últimas,
para encontrar un modo de vida sostenible para los humanos y para toda la
comunidad de vida. Sin eso podremos ir al encuentro de lo peor.
Nosotros estamos seguros que esta crisis será sinónimo de ALTERNATIVA y que
si nos amotinamos y cambiamos de capitán (la conciencia en vez del
egoísmo), el barco no llegará a los acantilados.
Paso visitando su blog, reciban muchas bendiciones en e nombre de Jesús.
ResponderEliminarMi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com