Vistas de página en total

miércoles, 21 de diciembre de 2022

ALIMENTO PARA LOS POBRES EN UN AÑO INTERNACIONAL

                  

2023: AÑO INTERNACIONAL DEL MIJO

La Asamblea General de las Naciones Unidas ha declarado el 2023 como Año Internacional del Mijo.

La FAO es el organismo encargado de celebrarlo en colaboración con otras partes interesadas pertinentes.


                             

El mijo es uno de los ocho cereales más consumidos en el mundo. Es originario de Asia y se han encontrado en China vestigios de sus orígenes. Su producción anual es de más de 300 millones de toneladas. La India produce más de la mitad, luego le sigue China y el continente africano, quienes abarcan alrededor de 40% de su producción.

                                                   

El mijo es un cereal de alto consumo humano en regiones como China, la India y en África.  

                 

     

Es considerado un súper alimento por el alto valor nutricional que posee: tiene mayor cantidad de proteína que el maíz o la cebada; además, posee un alto perfil de aminoácidos esenciales que nuestro organismo no puede sintetizar y que son necesarios para producir proteínas, por lo que debemos obtenerlos de algunos alimentos, y en este caso el mijo cuenta con varios de ellos.

                                               

Estas características son las tomadas en cuenta para establecer el 2023 como el Año Internacional del Mijo, ante la urgente “necesidad de concientizar sobre la resiliencia al clima y sus beneficios nutricionales, así como de promover dietas diversificadas, equilibradas y saludables mediante el aumento de su producción y consumo sostenibles (según se estableció en la Asamblea General de Naciones Unidas realizada en marzo de 2021).

                                   

El cultivo del mijo resiste altas temperaturas, por lo que es ideal para zonas con lluvias escasas,  incluso en lugares considerados como semidesérticos y también en tierras poco fértiles (para producir mijo se requiere menos agua que para el arroz y el trigo); por lo cual, además, es una buen opción ante estas épocas de cambio climático. Además, se ha observado que cultivarlo junto con otros productos beneficia la calidad del suelo.

                    

                                

En los lugares donde es consumido por la población se emplea en la producción de pan, papillas para niños, panqueques, sopas y cervezas.

Porque el mijo puede crecer en tierras áridas con una cantidad mínima de insumos y es resiliente a los cambios climáticos, constituye una solución ideal para que los países aumenten su autosuficiencia y disminuyan la dependencia de la importación de cereales.

                    

El Año Internacional del Mijo 2023 brindará la oportunidad de concienciar sobre los beneficios del mijo para la salud y la nutrición y su idoneidad para el cultivo en condiciones climáticas adversas y cambiantes, así como de dirigir la atención de las políticas hacia estos beneficios. El Año Internacional fomentará asimismo la producción sostenible de mijo, al tiempo que pondrá de relieve su potencial de ofrecer nuevas oportunidades de mercado sostenibles para productores y consumidores.

                       

La ONU informa que puede contribuir a la seguridad alimentaria, la nutrición, los ingresos de los agricultores familiares y a la erradicación de la pobreza en el mundo.                                                               

sábado, 15 de octubre de 2022

ALDABONAZO A LA CATOLICIDAD

         

El penúltimo domingo de octubre, la Iglesia católica celebra el DOMUND, o “Domingo Mundial de las Misiones”. Ese día, los católicos tenemos la oportunidad de dedicar nuestra jornada para orar y apoyar a quienes se dedican a misionar.

                                 

Además de motivar a la oración, en el DOMUND todas las parroquias realizan una colecta de fondos para apoyar las obras de misión en los cinco continentes.

Todas estas aportaciones son enviadas al Fondo Universal de Solidaridad de las Obras Misionales Pontificias, organismo al que el Papa ha encomendado la atención y promoción de las misiones en el mundo.

                        

¿Qué es el DOMUND y por qué es importante para la Iglesia católica?

La misión de la Iglesia le da continuidad al amor mismo de nuestro Dios encarnado.

Cada año, en el DOMUND, renovamos la llamada inicial de Cristo y así se despierta de nuevo nuestra conciencia misionera universal.

                     

En el DOMUND todos los bautizados (niños, jóvenes, familias, es decir, todos), nos descubrimos como Iglesia en misión, que siente e interviene en la misión que otros, los misioneros, realizan directamente en las misiones.

Se puede decir que el DOMUND ensancha nuestro corazón misionero y lo hace universal: nos hace abrir nuestros ojos creyentes, nuestro corazón que ve, hacia el ancho mundo de la misión.

                
Seguramente, a estas alturas, no hay que insistir mucho en cómo situarse ante esta Jornada Misionera. De todos es sabido que nuestra vida en Cristo se forja con hondura en la oración, pues ésta nos pone en sintonía con el corazón mismo de Cristo. Se puede decir que la comunión misionera entre nosotros se cultiva especialmente en la oración que hacemos por la labor evangelizadora de las misioneras y los misioneros. Es más, sin la oración difícilmente llegaríamos a comprender del todo qué significa ser y sentirse misioneros. Pero también es evidente que la oración nos empuja a una proyección misionera activa.

En el Domund también se nos pide una cooperación económica, generosa con las misiones. Es una jornada ideal para colaborar con las misiones.

                  
La iniciativa de llamarnos a colaborar en el DOMUND parte de la Santa Sede, del Papa; porque nuestra colaboración con las misiones en cada Jornada del DOMUND es a través de la Iglesia universal y en favor de los miles de “territorios de misión” que hay en todo el mundo.

                 
Lo significativo o distintivo del DOMUND es que dinero recaudado en esta jornada anual llegará a todas las misiones de la Iglesia, sin distinción; no cómo sucede con los “hermanamientos” (por ejemplo) cuya ayuda se hacen con algunos destinos misioneros concretos, a los que, por supuesto, siempre habrá otras ocasiones para colaborar, pero con otras acciones y en otros momentos.

Lo recaudado en el DOMUND ha de ir todo íntegro a las OMP para que los distribuyan entre todas las misiones; buscando una distribución justa y equitativa.

 

El total de la aportación económica que reciben las OMP van destinada a las tareas de las misiones: la transmisión de la fe, la educación, la salud y a la mejora de las condiciones de vida de las personas con las que conviven los misioneros, que en la mayoría de las ocasiones son de pobreza, malnutrición y enfermedades.

 

Nuestra sensibilidad misionera, con nuestra generosidad, muestra siempre un alto índice de fe, que, en sí misma, es un don que se ha de compartir. Pongamos, pues, nuestro grano de arena en la gran montaña de amor que están poco a poco formando nuestros misioneros.

                                                                                           Los misioneros cambian la vida de muchas personas en todo el mundo. Para ayudarles a seguir desarrollando su labor en las misiones CADA DONATIVO ES IMPORTANTE.

 

                        

El sentido de misionar

¿Por qué es importante que todos los hombres conozcan, acepten y vivan a Cristo?

Cuando Jesús, una vez resucitado, tiene que regresar junto a su Padre del cielo, se despide de sus discípulos y les deja una misión: predicar el Evangelio. El evangelio de san Marcos nos habla de esta escena tan importante para nosotros, los que seguimos a Jesús (Mc 16, 15-20).

                              

¿Dónde está situada la “tierra de misión”?

El mundo ha cambiado rápidamente en nuestros días. Hemos pasado de una sociedad que se confesaba cristiana, católica, a una sociedad indiferente a la religión y, a veces, antagónica, contraria. Antes la labor pastoral de los sacerdotes era conservar e ilustrar la fe del pueblo. Todos eran católicos y no hacía falta más. En esos tiempos se veía con admiración a aquellos hombres y mujeres que dejaban su patria para ira a tierras extrañas, casi siempre exóticas (motivadoras de emocionantes aventuras), a predicar el Evangelio a quienes aún no conocían a Jesucristo.

Ya no necesitamos ir a... esas románticas “tierras de paganos” para predicar el Evangelio a los que no lo conocen. Aquí mismo, en nuestra patria, en nuestra Ciudad, en nuestro barrio, ¡en nuestra casa! hay personas indiferentes que necesitan que se les despierte su sensibilidad para poder comprometerse con Cristo. Y esto es importante, es cuestión de vida o muerte; es cuestión de abrirse o no, a la salvación.

                               

Todos somos misioneros

La pregunta de base es: ¿porqué de tener fe viviendo en un mundo indiferente? Indudablemente es un don, un privilegio de parte de Dios, el dador de la fe. Pero es un privilegio que implica una responsabilidad: hablar de Aquél a quien seguimos y que nos ha hecho felices, con una felicidad que no dan los bienes materiales de esta tierra.

                 

La Iglesia es misionera porque ha sido enviada por Jesucristo a predicar el Evangelio. Y la Iglesia somos todos los bautizados. Y en una Iglesia que es esencialmente misionera, ¡todos somos misioneros!

              

¿Y cómo ser misioneros?

Se evangeliza, ante todo, por el testimonio. No se trata tanto de hablar de Cristo sino de vivir como Cristo. Para hablar de Cristo basta aprender una doctrina, para vivir como Cristo se necesita un constante esfuerzo apoyado por la gracia divina. Un ejemplo arrastra más que mil palabras.

            

Pero también es necesario ilustrar el testimonio hablando de Aquél, Cristo, que lo motiva e inspira. Y para hablar de Cristo, no implica conocerlo.

                  

Estamos llamados a misionar porque Jesús nos pidió difundir su palabra.

El conocimiento de Jesús comienza por esa oración que practicamos con toda sencillez en la que nos ponemos en las manos de Dios con la confianza de los hijos. Orar es hablar con Dios y conocerlo como a una persona amiga muy frecuentada y tratada.

Lo demás es fácil. Es agradable hablar de nuestras verdaderas amistades.

Conocer a Cristo también significa penetrar en su Evangelio. 

                

Las misiones “ad gentes”

La preocupación por los que no conocen a Jesús en nuestra propia casa no impide que también nos preocupemos por los de tierras lejanas que ni siquiera han escuchado hablar de Él.

                 

La Iglesia destina numerosos elementos, valiosos por su preparación y entrega, a las Misiones “ad gentes”, es decir, en nuestro idioma, las Misiones entre los Gentiles, los paganos que adoran a falsos dioses y no conocen el Evangelio.

                

La labor de los misioneros a veces es muy difícil, sobre todo en los países en que las leyes prohíben su misión de predicar. ¡Predican con su silencio! No hablan, ¡actúan!

Los misioneros van hoy a tierras extrañas a servir a los hermanos más necesitados, y con perseverancia y paciencia logran que algunos, por fin, pregunten: “¿Quién es Jesús?”, y entonces, sólo hasta entonces, comienzan a hablar de Cristo.

                             
 DOMUND: 

     la hora de todos.

 

 

sábado, 22 de enero de 2022

PREGUNTAS DIRECTAS


 ¿Cómo andas de inquietudes?

¿Te preocupa la situación del mundo?

¿Y la de los países pobres del Sur?

                    


                           

Si abrimos los ojos, vemos que en el mundo no todo 

está bien: está roto (por el egoísmo, los miedos 

y la desconfianza, la violencia y la insolidaridad…).


              

              

           

Las consecuencias son el hambre, las guerras, 

las violaciones de derechos humanos, 

el maltrato a la infancia y a las mujeres, etcétera, etcétera.

              

 

            

                  

               

¿Cómo andas de inquietudes?

¿Te preocupa la situación del mundo?

¿Y la de los países pobres del Sur?

 

             

     

     

¿Qué piensas que se podría hacer?, ¿cómo remediar 

o mejorar esta desastrosa situación?

Piensas que es tarea de los gobiernos 

y las grandes empresas…, ¿o ha de ser tarea de todos?

¿Qué crees que podrías hacer tú?

 

                                         

       

¿Cómo andas de inquietudes?

¿Te preocupa la situación del mundo?

¿Y la de los países pobres del Sur?

 


          

Oye: ¿no has pensado en la posibilidad de ejercer 

un voluntariado social?

Acaso... ¿te gustaría comprometerte, por un tiempo, 

en un proyecto solidario en un país del Sur?


 

Correo: mundomejorposible@gmail.com

 www.facebook.com/andalucia.occs/